lunes, 29 de diciembre de 2008

UN POEMA NAVIDEÑO DE CHESTERTON

UN POEMA NAVIDEÑO DE CHESTERTON

Como no podía ser de otra manera, me ha parecido interesante incluir en este blog ,que es el vuestro, un poema navideño de Gilbert Keith Chesterton. Escribió muchos, entre ellos el más famoso quizá el que dedicó a los Reyes Magos (The Wise Men, Los hombres sabios), que tal vez os ponga para el día de Reyes. Hoy os traigo otro que es una canción de Navidad, un canto al nacimiento del Niño Santo en Belén, el Príncipe de la Paz, en palabras de Chesterton. No he encontrado una buena traducción, pero creo que lo entenderéis sin muchas dificultades. Lo entiendo incluso yo, y mi inglés es muy justito. Espero que lo disfrutéis. Helo aquí:


The Christ-child lay on Mary's lap,
His hair was like a light.
(O weary, weary were the world,
But here is all aright.)

The Christ-child lay on Mary's breast
His hair was like a star.
(O stern and cunning are the kings,
But here the true hearts are.)

The Christ-child lay on Mary's heart,
His hair was like a fire.
(O weary, weary is the world,
But here the world's desire.)

The Christ-child stood on Mary's knee,
His hair was like a crown,
And all the flowers looked up at Him,
And all the stars looked down


'A Christmas Carol' poem

I

The shepherds went their hasty way,
And found the lowly stable-shed
Where the Virgin-Mother lay:
And now they checked their eager tread,
For to the Babe, that at her bosom clung,
A Mother's song the Virgin-Mother sung.

II

They told her how a glorious light,
Streaming from a heavenly throng.
Around them shone, suspending night!
While sweeter than a mother's song,
Blest Angels heralded the Savior's birth,
Glory to God on high! and Peace on Earth.

III

She listened to the tale divine,
And closer still the Babe she pressed:
And while she cried, the Babe is mine!
The milk rushed faster to her breast:
Joy rose within her, like a summer's morn;
Peace, Peace on Earth! the Prince of Peace is born.

IV

Thou Mother of the Prince of Peace,
Poor, simple, and of low estate!
That strife should vanish, battle cease,
O why should this thy soul elate?
Sweet Music's loudest note, the Poet's story,
Didst thou ne'er love to hear of fame and glory?

V

And is not War a youthful king,
A stately Hero clad in mail?
Beneath his footsteps laurels spring;
Him Earth's majestic monarchs hail
Their friends, their playmate! and his bold bright eye
Compels the maiden's love-confessing sigh.

VI

Tell this in some more courtly scene,
To maids and youths in robes of state!
I am a woman poor and mean,
And wherefore is my soul elate.
War is a ruffian, all with guilt defiled,
That from the aged father's tears his child!

VII

A murderous fiend, by fiends adored,
He kills the sire and starves the son;
The husband kills, and from her board
Steals all his widow's toil had won;
Plunders God's world of beauty; rends away
All safety from the night, all comfort from the day.

VIII

Then wisely is my soul elate,
That strife should vanish, battle cease:
I'm poor and of low estate,
The Mother of the Prince of Peace.
Joy rises in me, like a summer's morn:
Peace, Peace on Earth! The Prince of Peace is born!

martes, 23 de diciembre de 2008

ORACIONES TRADICIONALES (6): VILLANCICOS

ORACIONES TRADICIONALES (6): VILLANCICOS

Muchos son los villancicos y canciones navideñas insertos en la tradición de la Iglesia latina. Hoy quiero con todo mi cariño felicitaros la Navidad con dos himnos latinos, dos villancicos, uno de ellos muy popular y conocido: el "Adeste Fideles" y el "Puer natus in Bethlehem". Es un himno usado desde el siglo XVIII y aunque se ha atribuido a varios autores (entre ellos, a San Buenaventura), no sabemos con certeza quién lo escribió. Con el otro nos ocurre lo mismo, que desconocemos su autor. Espero, en fin, que os gusten ambos himnos, ambos villancicos y, sobre todo, os deseo que paséis unos días muy felices, una Navidad en la que nazca en nuestros corazones el Niño Santo que nació en Belén.

ADESTE FIDELES

Adeste, fideles, laeti, triumphantes,
Venite, venite in Bethlehem:
Natum videte Regem Angelorum:

Venite adoremus, venite adoremus
Venite adoremus Dominum.

En grege relicto, humiles ad cunas,
vocatis pastores approperant.
Et nos ovanti gradu festinemus.

Venite adoremus, venite adoremus
Venite adoremus Dominum.

Aeterni Parentis splendorem aeternum,
Velatum sub carne videbimus
Delum Infantem, pannis involutum.

Venite adoremus, venite adoremus
Venite adoremus Dominum.

Pro nobis egenum et foeno cubamtem,
Piis foveamus amplexibus:
Sic nos amantem quis nos redamaret?

Venite adoremus, venite adoremus
Venite adoremus Dominum.

TRADUCCIÓN AL CASTELLANO:

Acudid, fieles, alegres, triunfantes / venid, venid a Belén / ved al nacido Rey de los ángeles

Venid adoremos / venid adoremos al Señor.

He aquí que dejado el rebaño, los pastores llamados se acercan a la humilde cuna / y nosotros nos apresuramos con paso alegre.

El esplendor eterno del Padre Eterno / lo veremos oculto bajo la carne / Al Dios Niño envuelto en pañales

Por nosotros pobre y acostado en la paja / démosle calor con nuestros cariñosos abrazos / A quien así nos ama ¿quién no le amará?

PUER NATUS IN BETHLEHEM

Puer natus in Bethlehem. Alleluia
unde gaudet Hierusalem. Alleluia, alleluia

In cordis iubilo Christum natum adoremus
cum novo cantico

Assumpsit carnem Filius. Alleluia
Dei Patris Altissimus. Alleluia, alleluia

In cordis iubilo Christum natum adoremus
cum novo cantico

In hoc natali gaudio. Alleluia
benedicamus Domino. Alleluia, alleluia

In cordis iubilo Christum natum adoremus
cum novo cantico

Laudetur Sancta Trinitas. Alleluia
Deo dicamus gratias. Alleluia, alleluia

In cordis iubilo Christum natum adoremus
cum novo cantico

TRADUCCIÓN AL CASTELLANO:

El Niño ha nacido en Belén / por lo que se alegra Jerusalén.
Con júbilo de corazón adoremos a Cristo / con un cántico nuevo.
Tomó carne el Hijo / Altísimo de Dios Padre.
En este gozo navideño / bendigamos al Señor.
Sea alabada la Santa Trinidad / demos gracias a Dios.

ADESTE FIDELES, POR LOS TRES TENORES

martes, 16 de diciembre de 2008

WILKIE COLLINS Y LA PIEDRA LUNAR (1)

WILKIE COLLINS Y LA PIEDRA LUNAR (1)

Cuando se habla de la novela La piedra lunar (The Moonstone, 1868) del escritor inglés Wilkie Collins, es tópico hacer referencia a las elogiosas palabras que el poeta T. S. Eliot le dedicó: "La primera, la más larga y la mejor novela de detectives de la literatura inglesa". Sin ninguna duda, es la primera, pero ya nos resulta más discutible que sea la más larga y que sea la mejor es, cuando menos, opinable.

No podemos negar que su lectura es sorprendente, apasionante y mágica. Constituye una novela de detectives maravillosa, magistral, pero no sabría deciros de forma taxativa si es la mejor de la literatura inglesa. No queremos contradecir al poeta y crítico inglés, por eso asumiremos como buena su opinión de que La piedra lunar es la mejor novela policiaca de la literatura inglesa, aun cuando ello sea opinable. Hablaremos de ella en éste y en un próximo post, pero antes me gustaría comentaros algunos datos acerca de la vida de Wilkie Collins.

William Wilkie Collins (1824-1889) era hijo del famoso paisajista William Collins y tal vez debió de heredar de su talentoso padre el arte de la pintura de ambientes: uno lo hizo con los pinceles y el otro con las palabras. Wilkie Collins estudió derecho, aunque nunca llegaría a ejercer como abogado, dado que pronto se dedicó a vivir de la literatura. Fue amigo íntimo de Charles Dickens y ambos llegarían a escribir juntos algunas prosas. Escritor prolífico, llegó a completar 27 novelas y más de 50 relatos, además de escribir numerosos dramas.

Aunque toda su obra es, en conjunto, interesante y de valía, las dos novelas que más fama le han dado han sido La mujer de blanco (The woman in white, 1860) y la ya citada La piedra lunar. En La mujer de blanco asistimos a una historia casi fantasmagórica, de enorme suspense y un humor inconfundible, típico de Collins. De esta obra, como de La piedra lunar, aparte del argumento victoriano, entre cómico y dramático, merece ser destacado el retrato de los personajes, algo en lo que Collins era un auténtico maestro.

La piedra lunar tiene el siguiente argumento: la joven Rachel Verinder, al cumplir los 18 años, recibe como regalo el diamante llamado 'la piedra lunar', heredado de su tío el coronel John Herncastle. Como el coronel Herncastle se había hecho con el diamante de forma criminal, arrancándolo de un ídolo hindú perteneciente a una orden religiosa, tres monjes de la orden deciden perseguirlo para recuperar la joya. Durante la noche del cumpleaños de Rachel Verinder el diamante desaparece de forma misteriosa.

Tres personajes extraños que fueron vistos merodeando por los alrededores de la mansión son detenidos y registrados, pero el diamante no es hallado entre sus pertenencias. La historia se complica cuando Rosanna Spearman, dama del servicio de Rachel y sospechosa de otros robos, se suicida arrojándose a un pantano de arenas movedizas. Al final, y gracias a la intervención del curioso detective el sargento Cuff, el diamante es recuperado y el culpable queda atrapado.

Sobre la trama, los lectores nos permitirán que no refiramos nada más, por las razones habituales: no se puede estropear el argumento ni el final de una novela policiaca. Les animamos a que lean esta novela.

En un próximo post continuaremos hablando de sus personajes y de Wilkie Collins, un escritor que no hace muchos años ha vuelto a ser descubierto en España y se ha reeditado y traducido con profusión.

martes, 9 de diciembre de 2008

LA AVENTURA DE LEER EL HOMBRE QUE FUE JUEVES

LA AVENTURA DE LEER EL HOMBRE QUE FUE JUEVES


Hace unos días, un buen amigo, también bloguero, me sorprendió muy agradablemente diciendo que se estaba leyendo la novela de Chesterton El hombre que fue Jueves. Cuál no sería mi alegría y mi gozo que le apremié para que se la terminase y así poder comentar impresiones.

Yo recelaba que no pudiera gustarle, porque ¿dónde está escrito que a todo el mundo tengan que gustarle las novelas y escritos de Chesterton? Pero una vez más me equivoqué: la novela le gustó y le dio pie para escribir un post sobre las adversidades de la vida, tema que aparece en la obra de Chesterton con cierta frecuencia.

Él mismo decía que 'la aventura podrá ser loca, pero el aventurero debe estar cuerdo para realizarla'. Pues yo veo ahora como una aventura el adentrarse por primera vez en las páginas de El hombre que fue Jueves (The Man who was Thursday, 1908). Se cumplen, pues, 100 años de la publicación de esta admirable obra.

Descubrimos en la novela al audaz protagonista, al filosófico detective Gabriel Syme, que persigue a los anarquistas infiltrándose en sus reuniones bajo el nombre de Jueves; descubrimos al malvado anarquista Gregory, que se revela como un ser de diabólicas intenciones; descubrimos a los otros anarquistas, hombres corrientes y molientes cuya vida se ve alterada por la aparición de un enigmático personaje; descubrimos, sobre todo, el personaje de Domingo, trasunto de Dios, pero un dios casi monstruoso que desconcierta a los hombres y parece jugar con ellos como si de muñecos se tratase.

Aparece también el personaje femenino, Rosamunda, amada de Syme, pero apenas cuenta en la trama de la novela, por lo que a Chesterton se le ha acusado de ser narrador 'de hombres'. No estoy de acuerdo, aunque es cierto que en esta novela el componente femenino no es importante, pero de ahí a sostener que sea éste un autor misógino o cosa por el estilo me parece una barbaridad.

La novela se lee con sumo placer, porque compendia las mejores características de la prosa chestertoniana: aguda observación de costumbres y tipos vitales; humorismo suave y regocijante; sorpresas en el argumento; pirotecnias verbales; finísima ironía y un estilo narrativo inconfundible. Sin duda, es la mejor novela de su autor y así es considerada por la mayoría de sus críticos.

Los lectores me permitirán que no les revele nada más de su contenido. Me gustaría recomendársela, que la leyeran igual que hizo este buen amigo mío. Verán cómo la disfrutan, porque es realmente deliciosa.

lunes, 1 de diciembre de 2008

ORACIONES TRADICIONALES (5): EL DIES IRAE

ORACIONES TRADICIONALES (5): EL DIES IRAE

Comenzamos el tiempo de Adviento, y aunque no sea ésta la época más adecuada para hablar de la oración tradicional que hoy os traigo (ya llegará el momento del Adeste fideles y de otros villancicos), quería comentaros algunos datos sobre la oración del Dies irae, así como brindaros, igual que siempre, el texto en la versión original latina y en su traducción castellana.

El Dies irae, o “Día de la ira”, es un famoso himno latino del siglo XIII que tradicionalmente se ha atribuido al monje franciscano Tomás de Celano (1200-1260), famoso por ser uno de los biógrafos de San Francisco de Asís. La autoría de este célebre himno de la misa de réquiem ha sido atribuida también a San Bernardo de Claraval (de quien ya tratamos al recoger aquí su célebre oración del ‘Acordaos’) o incluso al Papa Gregorio Magno.

Sea de ello lo que fuere, el poema trata, evidentemente, del Día del Juicio final y fue usado en la Misa de Réquiem de la liturgia católica hasta la revisión del Misal Romano efectuada en 1970. Con todo, aún se canta en algunos entierros esta larga e interesantísima oración que merece ser conocida. Aquí os ofrezco el texto latino, del que hay dos o tres versiones con mínimas variantes, y la traducción castellana.

TEXTO LATINO


Dies iræ, dies illa,
Solvet sæclum in favilla,
Teste David cum Sibylla !
Quantus tremor est futurus,
quando judex est venturus,
cuncta stricte discussurus !
Tuba mirum spargens sonum
per sepulcra regionum,
coget omnes ante thronum.
Mors stupebit et Natura,
cum resurget creatura,
judicanti responsura.
Liber scriptus proferetur,
in quo totum continetur,
unde Mundus judicetur.
Judex ergo cum sedebit,
quidquid latet apparebit,
nil inultum remanebit.
Quid sum miser tunc dicturus ?
Quem patronum rogaturus,
cum vix justus sit securus ?
Rex tremendæ majestatis,
qui salvandos salvas gratis,
salva me, fons pietatis.
Recordare, Jesu pie,
quod sum causa tuæ viæ ;
ne me perdas illa die.
Quærens me, sedisti lassus,
redemisti crucem passus,
tantus labor non sit cassus.
Juste Judex ultionis,
donum fac remissionis
ante diem rationis.
Ingemisco, tamquam reus,
culpa rubet vultus meus,
supplicanti parce Deus.
Qui Mariam absolvisti,
et latronem exaudisti,
mihi quoque spem dedisti.
Preces meæ non sunt dignæ,
sed tu bonus fac benigne,
ne perenni cremer igne.
Inter oves locum præsta,
et ab hædis me sequestra,
statuens in parte dextra.
Confutatis maledictis,
flammis acribus addictis,
voca me cum benedictis.
Oro supplex et acclinis,
cor contritum quasi cinis,
gere curam mei finis.
Lacrimosa dies illa,
qua resurget ex favilla
judicandus homo reus.
Huic ergo parce, Deus.
Pie Jesu Domine,
dona eis requiem.
Amen.

TEXTO CASTELLANO

Día de la ira; día aquel
en que los siglos se reduzcan a cenizas;
como testigos el rey David y la Sibila.
¡Cuánto terror habrá en el futuro
cuando el juez haya de venir
a juzgar todo estrictamente!
La trompeta, esparciendo un sonido admirable
por los sepulcros de todos los reinos
reunirá a todos los hombres ante el trono.
La muerte y la Naturaleza se asombrarán,
cuando resucite la criatura
para que responda ante su juez.
Aparecerá el libro escrito
en que se contiene todo
y con el que se juzgará al mundo.
Así, cuando el juez se siente
lo escondido se mostrará
y no habrá nada sin castigo.
¿Qué diré yo entonces, pobre de mí?
¿A qué protector rogaré
cuando ni los justos estén seguros?
Rey de tremenda majestad
tú que, al salvar, lo haces gratuitamente,
sálvame, fuente de piedad.
Acuérdate, piadoso Jesús
de que soy la causa de tu calvario;
no me pierdas en este día.
Buscándome, te sentaste agotado
me redimiste sufriendo en la cruz
no sean vanos tantos trabajos.
Justo juez de venganza
concédeme el regalo del perdón
antes del día del juicio.
Grito, como un reo;
la culpa enrojece mi rostro.
Perdona, señor, a este suplicante.
Tú, que absolviste a Magdalena
y escuchaste la súplica del ladrón,
me diste a mí también esperanza.
Mis plegarias no son dignas,
pero tú, al ser bueno, actúa con bondad
para que no arda en el fuego eterno.
Colócame entre tu rebaño
y sepárame de los machos cabríos
situándome a tu derecha.
Tras confundir a los malditos
arrojados a las llamas voraces
hazme llamar entre los benditos.
Te lo ruego, suplicante y de rodillas,
el corazón acongojado, casi hecho cenizas:
hazte cargo de mi destino.
Día de lágrimas será aquel día
en que resucitará, del polvo
para el jucio, el hombre culpable.
A ese, pues, perdónalo, oh Dios.
Señor de piedad, Jesús,
concédeles el descanso.
Amén.

lunes, 10 de noviembre de 2008

CHESTERTON, COWBOY


Cuando uno consulta las biografías de Gilbert Keith Chesterton (y ya hay unas cuantas) tropieza con anécdotas memorables, a las que algún día tendremos que dedicar una o varias entradas de este blog. Asimismo, encuentra fotos curiosas, algunas de las cuales ya os hemos ofrecido en las entradas que podéis ver bajo la etiqueta de 'Álbum de fotos de Gilbert y Frances'.

Pero quizá la foto más curiosa que se hizo Chesterton en su vida, la más rara y extraña, fue la que hoy os ofrecemos aquí y en la que le vemos junto a James M. Barrie (el autor de Peter Pan), con su cordial oponente dialéctico George Bernard Shaw y con otros dos amigos llamados Archer y Walden. Podemos verles ataviados con trajes de cowboy, porque parece que Barrie, gran aficionado al cine amateur, iba a rodar un pequeño corto, una comedia ambientada en el Oeste americano, con sus amigos como protagonistas.

La anécdota fue que a Chesterton le dejaron casi el traje más pequeño, con lo que se encontraba de todo punto ridículo en la piel de ese cowboy con vestiduras ceñidas y cortas. Esto lo cuenta el propio Chesterton en su célebre Autobiografía (1936) de forma muy jocosa y divertida, riéndose de sí mismo, como sólo son capaces de hacer aquellos que gozan de buen sentido del humor.

Os ofrezco la anécdota contada por el mismo Chesterton en las páginas de su Autobiografía. Siento que sea en inglés, no hemos podido encontrar el texto en castellano, pero se entiende muy bien. Estas son sus palabras:

“We went down to the waste land in Essex and found our Wild West equipment. But considerable indignation was felt against William Archer; who, with true Scottish foresight, arrived there first and put on the best pair of trousers … We … were rolled in barrels, roped over fake precipices and eventually turned loose in a field to lasso wild ponies, which were so tame that they ran after us instead of our running after them, and nosed in our pockets for pieces of sugar. Whatever may be the strain on credulity, it is also a fact that we all got on the same motor-bicycle; the wheels of which were spun round under us to produce the illusion of hurtling like a thunderbolt down the mountain-pass. When the rest finally vanished over the cliffs, clinging to the rope, they left me behind as a necessary weight to secure it; and Granville-Barker kept on calling out to me to Register Self-Sacrifice and Register Resignation, which I did with such wild and sweeping gestures as occurred to me; not, I am proud to say, without general applause. And all this time Barrie, with his little figure behind his large pipe, was standing about in an impenetrable manner; and nothing could extract from him the faintest indication of why we were being put through these ordeals”.

martes, 4 de noviembre de 2008

EL DÍA DECISIVO

EL DÍA DECISIVO

Ha llegado el día decisivo. Los norteamericanos están llamados a las urnas para elegir a su presidente, que hará el número 44 en la lista. Deben optar entre el demócrata Barack Obama o el republicano John McCain. Aunque parece que las encuestas dan como vencedor a Obama, podría ocurrir una sorpresa de última hora.

Desde aquí vemos la contienda en la distancia, pero estamos expectantes porque lo que decidan los americanos afectará al resto del mundo. No podemos obviar que los movimientos de la primera potencia mundial repercuten invariablemente en todos los países del mundo. Por eso asistimos con cierta preocupación a estas elecciones.

Ninguno de los dos candidatos nos entusiasma demasiado, pero de tener que elegir entre uno u otro, nos decantaríamos por McCain, y razonamos por qué: Obama es un líder incuestionable y parece un hombre moral y correcto. Decimos 'parece', porque es sabido que en política es más importante parecer que ser. Obama predica un cambio que incluye medidas demasiado extremas: flexibilizar el aborto, permitir los matrimonios gays... En suma, liquidar el modelo de familia tradicional. Esto puede darle votos entre los jóvenes y los lobbies de gays y lesbianas, pero le restará votos de los estratos más conservadores de la ya de por sí conservadora sociedad norteamericana. McCain asegura una estabilidad en cuanto a los valores morales que Obama no puede garantizar. Por es, de poder votar en estas elecciones, votaríamos a McCain.

Termina la presidencia de George W. Bush y, ya resulte vencedor Obama, ya resulte vencedor McCain, lo que nos gustaría pedirle a Dios es que ilumine a estos hombres y les dé entendimiento, voluntad y acierto para enfrentarse a la crisis económica y a la crisis de valores morales que afecta a la sociedad occidental.

sábado, 1 de noviembre de 2008

ORACIONES TRADICIONALES (4): GLORIA IN EXCELSIS DEO

En la liturgia de la Iglesia existen muchos himnos. El 'Gloria', también llamado doxología mayor, forma parte del Ordinario de la Misa y se suele rezar al principio, antes de las lecturas o liturgia de la palabra. Es un himno antiquísimo, que procede de una variación de las palabras que los ángeles usaron para anunciar el nacimiento de Jesús a los pastores (Lc 2, 14). Parece ser que ya en el siglo III de nuestra era se cantaba de forma habitual, aunque Telesforo (siglo II) fue el primer Papa que lo introdujo en la liturgia . Es un himno de alabanza a la Santísima Trinidad que incluye lo mejor de la fe cristiana y, sin duda, fue muy cantado durante las persecuciones. Os ofrezco el texto latino y la traducción castellana.

GLORIA

Gloria in excelsis Deo. Et in terra pax hominibus bonae voluntatis. Laudamus te. Benedicimus te. Adoramus te. Glorificamus te. Gratias agimus tibi propter magnam gloriam tuam: Domine Deus, Rex caelestis, Deus Pater Omnipotens. Domine Fili Unigenite, Iesu Christe. Domine Deus, Agnus Dei, Filius Patris. Qui tollis peccata mundi, miserere nobis. Qui tollis peccata mundi, suscipe deprecationem nostram. Qui sedes ad dexteram Patris, miserere nobis. Quoniam tu solus Sanctus. Tu solus Dominus. Tu solus Altissimus, Iesu Christe. Cum Sancto Spiritu, in gloria Dei Patris.


GLORIA (Castellano)
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria,
Te alabamos,
Te bendecimos,
Te adoramos,
Te glorificamos,
Te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre Todopoderoso.
Señor Hijo Único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre,
Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros,
Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestras súplicas,
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros,
porque solo Tú eres santo,
solo Tú, Señor,
solo Tú, Altísimo Jesucristo,
con el Espíritu Santo y en la Gloria de Dios Padre. Amén.

lunes, 20 de octubre de 2008

ÉMILE GABORIAU Y MONSIEUR LECOQ

ÉMILE GABORIAU
Y MONSIEUR LECOQ

Las páginas de este blog, además de tratar de Gilbert K. Chesterton, su esposa y sus amigos Hilaire Belloc, George Bernard Shaw y demás, quisieran convertirse en una pequeña compilación sobre los mejores autores de la novela policial y sus obras maestras. Empezamos esta serie con Edgar Allan Poe por razones evidentes: es el creador del género policial, en forma de cuentos analíticos, tal y como a él le gustaba llamarlos. Debemos continuar siguiendo un orden cronológico. Por eso nuestra siguiente parada debe ser el escritor francés Émile Gaboriau.

Émile Gaboriau (1832-1873) fue periodista y novelista, cultivando ambas formas de escritura con sinigual destreza. Fue muy famoso en su época, aunque hoy en día esté un poco olvidado de los lectores. Por esa misma razón no estará de más que resucitemos un poco su figura y su obra. Después de publicar algunas novelas de aventuras (El trece de húsares, 1861; Matrimonio de aventuras, 1862), alcanza la fama con la publicación de su primera novela policial, El caso Lerouge (L'Affaire Lerouge, 1866). En ella aparece el que será su detective de ficción, el avispado y sibilino Monsieur Lecoq, del que hablaremos más abajo.

Al éxito de El caso Lerouge siguieron otras dos novelas policiales con el mismo protagonista: El dossier nº 113 (Le Dossier nº 113, 1867) y Monsieur Lecoq (Monsieur Lecoq, 1869), dividido en dos volúmenes (La encuesta y El honor del nombre). Si bien es cierto que Gaboriau escribió otras novelas policiales, o con ambiente semejante al policial, las mejores son, sin duda alguna las protagonizadas por Monsieur Lecoq. Algunos autores continuaron la saga de Lecoq una vez hubo fallecido Gaboriau, siendo la más célebre La vejez de Monsieur Lecoq (La vieillesse de Monsieur Lecoq, 1878), escrita por Fortune du Boisgobey.

Lecoq es un detective que trabaja para la policía francesa, la Sûreté. Su mayor virtud es la capacidad camaleónica para disfrazarse y es, desde luego, un hombre de acción, como Sherlock Holmes, quien también se disfraza en algunos de sus casos (por ejemplo, en La aventura del detective moribundo). Lecoq es un producto de su tiempo, un hábil policía y un diestro luchador, además de agudo observador de la vida. Resuelve los casos basándose en las pistas que encuentra, en los indicios materiales, como ocurre en El dossier nº 113, donde demuestra su peculiar ingenio y sus dotes deductivas en la recuperación de unos documentos valiosos.

Sin embargo, Lecoq no es fruto sólo de la imaginación de Gaboriau. Su figura estaba basada, al igual que las de Holmes o el Padre Brown, en un personaje real: el famoso comisario Eugène François Vidoq, que había sido ladrón antes de convertirse en el primer jefe oficial de la Sûreté. Parece ser que Vidoq, al igual que Lecoq, era todo un maestro del disfraz y todo un personaje en la vida de París de finales del siglo XIX.

Al igual que en anteriores entregas, el lector nos permitirá que no hablemos de los argumentos de las novelas en las que aparece Lecoq, porque sería imperdonable que le aguásemos su lectura con indicios inconvenientes.

Recomendamos vivamente la lectura de El caso Lerouge y de El dossier nº 113, en especial, ambas traducidas al castellano y de fácil acceso en varias ediciones. Que disfrutéis con las aventuras del singular Monsieur Lecoq.

jueves, 16 de octubre de 2008

ÁLBUM DE FOTOS DE HILAIRE BELLOC

ÁLBUM DE FOTOS DE HILAIRE BELLOC

Para ir complementando el álbum de fotos de Gilbert Chesterton y su esposa Frances Blogg, hemos creído conveniente incluir algunas fotos de su entrañable amigo Hilaire Belloc (1870-1953). Belloc fue uno de los mejores amigos de Chesterton, con quien compartió libros, polémicas y un profundo amor por Dios y por la Iglesia Católica. Es justo que acompañemos aquí las fotos de uno con las del otro, para que también conozcáis algunos instantes de la vida de este agudo escritor anglo-francés.


En esta primera foto podéis verle en su juventud, con la mirada altiva y desafiante (le encantaban las discusiones y polémicas, como a Chesterton), con el mentón saliente, lo que demuestra que era una persona animosa y decidida, de fuerte temperanto.

Su nombre completo era Joseph Hilaire Pierre René y nació el 27 de julio de 1870. En la adolescencia le conocieron por el sonoro y peculiar sobrenombre de "Old Thunder" (Viejo Trueno).

En esta foto podemos verle con una media sonrisa que denota un carácter jovial y vitalista. Su cultura era enorme, especialmente en lo que se refiere a la historia y la literatura francesa e inglesa. Aunque era francés, escribió lo mejor de su obra en inglés y por eso podemos considerarlo un autor inglés.


En esta segunda foto podemos verle en el centro, flanqueado por George Bernard Shaw y Gilbert Keith Chesterton, sus compañeros en la conferencia que debieron pronunciar esa noche, como tres finos duelistas de la palabra, batiéndose cada uno por sus ideas con el agudo acero de su discurso.

Los dos amigos parecen mirar a Belloc entre risas, como si antes hubiera hecho algún jocoso comentario. Vemos que porta además un grueso libro que, sin duda, sería motivo de alguna de las controversias que mantuvieran estos tres gigantes de la literatura inglesa.

Belloc era, tal vez, el más serio de los tres, pero también el más agudo e irónico. Suya es la célebre frase de "La Fe es Europa y Europa es la Fe".

En otra ocasión continuaremos incluyendo fotos de Hilaire Belloc, así como de otros amigos y escritores de la época de Hilaire, Gilbert y Frances.


lunes, 6 de octubre de 2008

ORACIONES TRADICIONALES (3): EL TANTUM ERGO

ORACIONES TRADICIONALES: EL TANTUM ERGO,
DE SANTO TOMÁS DE AQUINO (+1274)

Siguiendo con la serie de oraciones tradicionales que publicamos empezando con el 'Acordaos' de San Bernardo de Claraval, y continuamos con el 'Pange Lingua', ofrecemos hoy otra oración de Santo Tomás de Aquino: el Tantum Ergo. El Tantum Ergo es una oración al sacramento de la Eucaristía, entre el Antiguo rito (el Antiguo Testamento) y el Nuevo. Merece la pena que lo leáis y conozcáis ya que es una de las oraciones más hermosas de la tradición cristiana.

TANTUM ERGO (Versión latina)

Tantum ergo Sacraméntum,
Venerémur cérnui:
Et antíquum documentum
Novo cedat rítui;
Præstet fides suppleméntum
Sénsuum deféctui.

Genitori Genitóque,
Laus et iubilátio;
Salus, honor, virtus quoque,
Sit et benedíctio;
Procedénti ab utróque
Compar sit laudátio.

Amen.


TANTUM ERGO (Traducción castellana)
Honremos, pues, echados por tierra, tan divino Sacramento; y queden desechados, pues vino el cumplimiento, los ritos del Antiguo Testamento. Y si el sentido queda pasmado de tanta y nueva cosa, lo que él no puede, pueda, ose lo que él no osa, la fe determinada y animosa.

Gloria al Omnipotente, y al gran Engendrador y al Engendrado y al inefablemente de entrambos inspirado, igual alabanza, igual honor sea dado.

Amén.

miércoles, 1 de octubre de 2008

EDGAR ALLAN POE (y 3): LA CARTA ROBADA

Edgar Allan Poe publicó La carta robada (The Purloined Letter) en diciembre de 1844 en The Gift for 1845. Es la tercera y última historia en la que aparece el detective Auguste Dupin y forma, de algún modo, una unidad con los otros dos cuentos analíticos ya comentados en las páginas de este blog.

En La carta robada asistimos a un caso especial para Dupin: a un importante personaje de la vida política de París le han robado una carta comprometedora y se halla bajo la amenaza de que el contenido será revelado si no se aviene con la persona que la ha robado. Lo curioso es que la policía registra de arriba a abajo la casa del supuesto ladrón, la ponen patas arriba, pero no encuentran ni rastro de la carta.

En cambio, Dupin no sólo encuentra la carta robada a la primera, sino que la recupera y la amenaza queda neutralizada. Dupin usa para ello su solo instinto y sus dotes de fino observador, así como su agudeza mental y deductiva. La solución estaba a la vista de todos, pero sólo Dupin fue capaz de verla. Es ésta una historia singular que demuestra que a veces no somos capaces de ver lo más obvio, aquello que tenemos delante de nuestras narices.

Para Poe y para muchos de los críticos de sus cuentos analíticos o policiacos, ésta es precisamente su mejor historia, porque es la más sencilla y la más deslumbrante, la que encierra una solución más sorprendente. De las tres historias es, sin duda, la menos truculenta, la que nos parece más verosímil y posible.

Hay, sin embargo, quien le ha criticado a Poe la solución que da, ante la imposibilidad de que Dupin descubriese la carta a simple vista, pero mucho más criticable es la solución a la historia de Los crímenes de la Rue Morgue.

Los tres son excelentes cuentos policiales, que merecen más de una lectura, porque poseen todos los ingredientes de una historia atractiva: la acción, el personaje del detective, el enigma aparentemente irresoluble y la fulgurante solución final.

Como siempre, en La carta robada el detective aficionado (Dupin) supera al profesional, quedando éste en ridículo. Esta será una constante en la novela policiaca hasta la aparición de figuras de policías profesionales como el Comisario Maigret o el inspector Wallander, que son cualquier cosa menos estúpidos funcionarios burocráticos, aquellos que satiriza y critica Poe en sus cuentos.

Os dejo con la lectura de La carta robada, para que disfrutéis de su sencillez, de su lógica y de la aguda solución que Dupin, y Poe con él, nos ofrecen para un caso aparentemente irresoluble. Espero que os guste tanto como las otras dos historias. Sin duda, merece la pena que leáis las tres para comprobar que Poe no sólo es un maestro del cuento policial, sino un artesano insuperable en el arte de la narración a secas.

jueves, 28 de agosto de 2008

ALBUM DE FOTOS DE GILBERT Y FRANCES (4)

ALBUM DE FOTOS DE GILBERT Y FRANCES (4)

Ofrecemos dos nuevas fotos del álbum de Gilbert, para compartirlas con todos vosotros y que podáis ver a nuestro escritor favorito en otras situaciones. En la primera vemos a Chesterton ante los micrófonos de la BBC. Al final de su vida realizó varias intervenciones radiofónicas con las que se hizo aún más popular de lo que ya era. Aquí le vemos sereno, manteniendo un folio que seguramente había escrito con los contenidos de la emisión de ese día.


En la segunda foto podemos ver a Chesterton en pose de escritor, con una pluma y esperando la llegada de las musas. Si observáis bien, debajo de la foto podréis ver su firma: GKChesterton. Aparece con el pelo revuelto, cosa bastante habitual en él, porque no solía preocuparse por su atuendo. De hecho, según nos lo retratan los personajes que le conocieron, era bastante desaliñado. Sin embargo, su claridad mental compesaba con creces ese desorden exterior.


Espero que os hayan gustado estas fotos. Si deseáis comentar algo sobre ellas, no dejéis de hacerlo. Un abrazo a todos, queridos amigos de Chesterton.

lunes, 28 de julio de 2008

ORACIONES TRADICIONALES (2): EL PANGE LINGUA

Siguiendo con la serie de oraciones tradicionales que publicamos empezando con el 'Acordaos' de San Bernardo de Claraval, hoy os ofrecemos la versión latina del Pange Lingua y su traducción al castellano. El Pange Lingua es un canto de adoración a Dios escrito por Santo Tomás de Aquino, el célebre doctor de la Iglesia autor de la Summa Theologica. Merece la pena que lo leáis y conozcáis pues una de las oraciones más hermosas de la tradición cristiana.

PANGE LINGUA (Original en latín)

Pange, lingua, gloriosi
Córporis mystérium
Sanguinísque pretiósi,
Quem in mundi prétium
Fructus ventris generósi
Rex effúdit géntium.

Nobis datus, nobis natus
Ex intácta Vírgine,
Et in mundo conversátus,
Sparso verbi sémine,
Sui moras incolátus
Miro clausit órdine.

In supremæ nocte coenæ
Recumbens cum frátribus,
Observata lege plene
Cibis in legálibus,
Cibum turbæ duodenæ
Se dat súis mánibus.

Verbum caro, panem verum
Verbo carnem éfficit,
Fitque Sanguis Christi merum,
Et, si sensus déficit,
Ad firmandum cor sincerum
Sola fides súfficit.

PANGE LINGUA (Traducción al castellano)

Cante la voz del Cuerpo más glorioso el misterio sublime y elevado, y la Sangre preciosa, que amoroso, en rescate del mundo ha derramado; siendo fruto de un vientre generoso el Rey de todo el orbe, más sagrado.

Dado para nosotros, y nacido de una Virgen intacta y recogida, conservando en el mundo y esparciendo semilla de palabra que da vida, con orden admirable y estupendo, el tiempo concluyó de su venida.

La noche ya postrera, la noche deseada, estando ya la cena aparejada, convida a sus hermanos, y cumplida la sombra y ley primero, con sus sagradas manos por el legal cordero les da a comer su cuerpo verdadero.

Aquella creadora Palabra, con palabra sin mudarse, lo que era pan, ahora en carne hace tornarse, y el vino en propia sangre transformarse. Y puesto que el grosero sentido se acobarda y desfallece, el corazón sincero por eso no enflaquece, porque la fe le anima y favorece.

lunes, 21 de julio de 2008

EDGAR ALLAN POE (2): EL MISTERIO DE MARIE RÔGET

Edgar Allan Poe (1809-1849) continuó con las aventuras de su detective analítico, Charles Auguste Dupin, en el cuento titulado El misterio de Marie Rôget (The Mistery of Marie Rôget) , que fue publicado por primera vez en la revista Ladies' Companion en tres episodios: en noviembre y diciembre de 1842 y febrero de 1843.

El cuento se basa en una historia real, en la desaparición de una joven llamada Mary Cecilia Rogers, que fue asesinada en las inmediaciones de Nueva York, luego fue hallada ahogada en las riberas del río Hudson y cuya muerte aún no había sido aclarada cuando se publicó el relato de Poe. El autor norteamericano cambió el nombre de Mary Cecilia Rogers por el de Marie Rôget, cambió el río Hudson por el Sena y situó la acción en París, en lugar de Nueva York. Además, presenta los hechos como una consecuencia de Los crímenes de la Rue Morgue.

Ya dijimos en la anterior entrada dedicada a Poe que Dupin no es un hombre de acción, tal y como son otros detectives como Sherlock Holmes, Sam Spade o Philip Marlowe. Dupin encarna la pura reflexión, el intelecto en marcha, el cerebro razonador llevado a sus últimas consecuencias. En ningún relato mejor que en éste se ve a ese Dupin reflexivo, contemplativo y dedicado de lleno a sus análisis científicos. En efecto, porque lo más novedoso de esta historia reside en el hecho de que Dupin resuelve el misterio sin salir de su casa, basándose en las deducciones que efectúa a través de la lectura de los periódicos. Hoy esto podría parecernos imposible, pero dado que en la época apenas existían otros medios de comunicación que no fueran los de la prensa escrita y que estos contenían muchas más informaciones que ahora, podemos aceptar como posible que un hombre con una capacidad analítica tan extraordinaria como Dupin pudiera averiguar la verdad del caso de Marie Rôget solamente leyendo los periódicos.

Poe se identifica plenamente con Dupin en este relato, mucho más de lo que lo había hecho en Los crímenes de la Rue Morgue, aunque debemos conceder que su primer relato policiaco sea superior a éste, sobre todo en su componente macabro y en su sorprendente efecto final. En la historia de Marie Rôget, Dupin va desmenuzando los hechos conforme avanza en la lectura de varios periódicos franceses, que se corresponden con periódicos norteamericanos de la época: así, en la versión 'francesa' de la historia, el periódico L'Étoile se basa en el The New Yorker Brother Jonathan; el diario Le Commerciel está basado en el New York Jounal of Commerce; el semanario Le Soleil es un trasunto del Philadelphia Saturday Evening Post; el diario Le Moniteur se basa en el auténtico The New York Commercial Advertiser; Le Mercure está pensado basándose en el New York Herald y así con todos los periódicos y semanarios que va leyendo y analizando Dupin.

Al igual que con Los crímenes de la Rue Morgue el lector nos permitirá que no demos el más mínimo detalle acerca de los razonamientos de Dupin, ya que esto impediría que se acercase a la lectura del cuento de Poe, que es al fin y al cabo lo que pretendemos con estso breves apuntes. Sí podemos decir que su lectura no defraudará a los lectores más exigentes y que posee indudables alicientes como para aproximarse a su conocimiento con el mayor de los intereses. Sólo podemos dejar al lector con la imagen del cuerpo de Marie Rôget flotando en el río Sena, con la incapacidad de la Policía francesa para desvelar el crimen y el acertado, filosófico y científico análisis de los hechos realizado por Auguste Dupin a través de los periódicos.

Antes de cerrar este breve comentario acerca del segundo cuento analítico o policial de Poe, debemos señalar que esta estructura del 'detective que resuelve el misterio encerrado en su habitación' tuvo varios continuadores insignes, al igual que ocurrió con los 'problemas del recinto cerrado'. Los más destacados de ellos se encuentran en las novelas de Rex Stout, creador del célebre detective Nero Wolfe. Wolfe es un hombre extremadamente obeso y glotón, aficionado a beber cerveza y a comer desmesuradamente que, debido a su gordura, se ve obligado a solucionar muchos de los casos que se le presentan sin salir de casa, al igual que Dupin en esta historia.

Otro de los detectives que se asemejan a este Dupin 'inmóvil' es Don Isidro Parodi, personaje creado por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares. El señor Parodi es el clásico argentino que sufre la fatalidad de estar encerrado en una prisión acusado de un crimen que no ha cometido pero no puede demostrar su inocencia. Entre los muros de la prisión, don Isidro Parodi ha engordado, pero su intelecto no ha enflaquecido y muchos de sus amigos le plantean pequeños enigmas que él resuelve, evidentemente, sin salir de su celda. Así podemos leerlo en el volumen titulado Seis Problemas para don Isidro Parodi, que demuestran el enorme ingenio de Borges y Bioy Casares y las notorias influencias de maestros de la narración policial como el propio Poe, Conan Doyle o Chesterton.

Dejaremos que los lectores disfruten de la entretenida y asombrosa lectura de la excelente historia contenida en El misterio de Marie Rôget, o de cualquiera de las otras narraciones mencionadas en este apunte, para que pueda comprobar por sí mismo la altura literaria de los cuentos policiales de Poe y su vasta y ejemplar influencia en los escritores que le siguieron.

CHISPAZOS OTOÑALES

Tras el cambio de hora al llamado "horario de invierno" y con la vista puesta en la nueva edición de las Elecciones Generales en ...