QUERIDOS BLOGUEROS Y LECTORES DE LA RED DE INTERNET:Hilaire, Gilbert y Frances nos honramos en ofreceros, muy gustosamente, nuestro sitio para cualquier comentario, sugerencia, foto o vídeo que queráis publicar aquí.
Aunque los temas del blog son la actualidad política o el pasado histórico europeo y universal, la Literatura, en especial las novelas policiales, el Cine, y sobre todo el cine negro, pero también el humor, la buena comida y bebida, o las catedrales góticas, son de nuestro agrado.
Podéis enviarnos cualquier texto, opinión o comentario, o cualquier imagen que os guste compartir con nosotros y con los lectores de GOOGLE y de BLOGGER.
Esperamos con impaciencia vuestras colaboraciones, al tiempo que os animamos a que os creéis vuestro propio blog. En el nuestro, lleno de entusiasmo y alegría de vivir, encontraréis muchas cosas, pero seguro que algunas no os gustan.
Contadnos cómo mejorarlo. De momento, os dejamos con algunas fotos nuestras, para compartir nuestro pasado con vuestro presente.
HENCE MELANCHOLY! ¡FUERA MELANCOLÍAS!
ÁLBUM DE FOTOS DE GILBERT (2)
Aquí le vemos. No sabemos si este hombre orondo y ceñudo (sólo ceñudo en esta foto, pero siempre sesudo) nos verá a nosotros -¿quién podría refutar lo contrario?
Nos mira con la mirada de un juez benévolo. Algo le inquieta. Tal vez el fotógrafo fuera un pesado... No tan pesado como él. Tal vez estuviera esperando a su esposa Frances Blogg, o a algún amigo, o sólo estaba cansado. No lo sabremos. Pero el bastón que reposa a su lado no es una vara de medir ni un báculo ni un palo para varear árboles. Es el apoyo de un hombre ya anciano que espera ver a Dios. Seguro, seguro, hoy ya esté viendo esa LUZ, la luz de Dios, que nadie, ni ese hombre llamado Gilbert Keith Chesterton pudo explicar mientras vivió en nuestro mundo (1874-1936). Sus obras literarias son inmortales y su vida, para qué negarlo, fue ejemplar. Aquí está. Podéis verle en esta foto de 1935...
Nos mira con la mirada de un juez benévolo. Algo le inquieta. Tal vez el fotógrafo fuera un pesado... No tan pesado como él. Tal vez estuviera esperando a su esposa Frances Blogg, o a algún amigo, o sólo estaba cansado. No lo sabremos. Pero el bastón que reposa a su lado no es una vara de medir ni un báculo ni un palo para varear árboles. Es el apoyo de un hombre ya anciano que espera ver a Dios. Seguro, seguro, hoy ya esté viendo esa LUZ, la luz de Dios, que nadie, ni ese hombre llamado Gilbert Keith Chesterton pudo explicar mientras vivió en nuestro mundo (1874-1936). Sus obras literarias son inmortales y su vida, para qué negarlo, fue ejemplar. Aquí está. Podéis verle en esta foto de 1935...
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