sábado, 15 de marzo de 2008

ALGUNAS FOTOS

ALGUNAS FOTOS DE HILAIRE, GILBERT & FRANCES BLOGG

Los tres escritores, Belloc, Gilbert y su esposa Frances Blogg, compusieron una de las páginas más memorables de la historia de la Literatura inglesa. Max Beerbohm encontró un cuadro en la National Gallery de Londres.

Hilaire Belloc era francés de nacimiento, se sentía europeo, inglés también, pero continental, porque nunca olvidó su patria durante la Gran Guerra y en los trances de la II Guerra Mundial.

Se fue a vivir a Inglaterra y allí conoció al que sería su mejor colega y compañero: Gilbert, y a su hermosa mujer, la poetisa Frances Blogg. Belloc y Chesterton, entre cervezas y vasos de vino, entre cigarrillos y comida, entre la risa y el queso, fueron dos polemistas invencibles.


En ese cuadro que Beerbohm encontró en la Galería Nacional de Londres, podemos ver a tres grandes escritores, no sólo de la literatura inglesa, sino de la Literatura Universal. Uno, de pie; dos sentados; uno, dibujando; mirando los tres y los tres fumando. En ese famoso retrato de J. Gunn, cuadro podemos ver a Belloc observando, a Gilbert dibujando y a un tercer escritor, Maurice Baring.

Éste era un amigo de Gilbert y Belloc, interesado, como ellos, en las polémicas de su época. Belloc quizá era, de los tres, el más político, el más activo y el más estimado.

George Bernard Shaw, el gran paradojista de la época, les dio un nombre, 'Chesterbelloc' y con ello los llamó 'monstruo católico de las dos cabezas'. Era muy cierto, totalmente cierto: juntos, los dos escritores 'a dos manos', eran un águila bicéfala católica y romana.

Con Bernard Shaw, Belloc y Gilbert sostuvieron fuertes polémicas, cada uno desde su diario, desde su trinchera de papel, pero estaban de acuerdo en las cosas comunes, en lo más importante: en defender la vida de todos los seres vivos. Bernard Shaw lloró la muerte de Chesterton, y como buen irlandés que era, ofreció a su viuda, Frances, todo el apoyo que le fue posible, en lo personal, en lo económico...

Igualmente, Belloc hizo el mejor panegírico de GKCh, titulado The Place of Chesterton in the English Letters. Bernard Shaw, irlandés, conocedor de toda la literatura inglesa ('Soy mejor que Shakespeare, porque me he subido encima de él'), fue sin duda el mejor contrincante de Chesterton, o de cualquiera, su mejor oponente, su más caballeroso rival dialéctico. Shaw y Chesterton polemizaron sobre todos los temas posibles:

Vegetarianismo contra Ágape; Protestantismo contra Catolicismo; Ibsen contra Maeterlinck; Shakespeare contra Cervantes; la vejez contra la juventud; la fuerza contra la sabiduría; el Superhombre contra el hombre común; Roland contra Olivier... La vida, la muerte, el amor, el paso del tiempo, la piratería contra la moralidad, fueron algunos de los temas de sus polémicas. Pero siempre estuvieron de acuerdo en una cosa: la unidad del mundo y la unidad en los intereses comunes.

Belloc asistió a todas aquellas polémicas, fascinado por la magia de la lengua inglesa. Shaw y Belloc vivieron la muerte de su mejor amigo. Es justo que, si Shaw habló de ambos -Belloc y Chesterton- y los bautizó con el jocoso nombre de 'Chesterbelloc', nosotros ahora digamos que Shaw y Chesterton formaron el 'Chestershaw' o el 'Shawchester', el monstruo angloirlandés de dos cabezas, el águila protestante y católica de dos cabezas, siempre discutiendo y siempre llevándose bien.

En la página de D. Portales, encontraréis más información. Con su permiso, amigo, tomo palabras suyas y de Joseph Pierce, el autor de la hasta ahora mejor biografía de GK Chesterton, titulada en español 'Sabiduría y experiencia'. A ambos, al Sr. Pierce y al Sr. Portales, mi gratitud:

"Como Chesterton, Baring se convirtió al catolicismo en parte bajo la influencia de Belloc, y es posible, quizás probable, que él nunca hubiera surgido como uno de los principales novelistas Católicos del siglo si él nunca hubiera encontrado a su mentor voluble. Escribiendo sobre su primer encuentro con Belloc en Oxford en 1897, Baring comentó que él era "un orador brillante y conversador... quien vive por su ingenio." Los hombres pronto se hicieron buenos amigos, pero Baring quedó poco convencido de defender vociferante y vehemente como Belloc a la Iglesia Católica. Cuando su amigo Reggie Balfour lo informó en el otoño 1899 que él "sintió un fuerte deseo de hacerse Católico, " Baring estuvo "extremadamente sorprendido y desconcertado" y buscó como desalentarlo de tomar un paso tan drástico".


En este blog, de Hilaire, Gilbert y Chesterton, hablaremos de todo: de ellos, de su vida, de España y sus problemas, de los problemas de Polonia, de Europa o de cualquier parte del mundo.






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