RECUERDOS DE INFANCIA Y ADOLESCENCIA (1)
Resulta tópico decir que la infancia es el paraíso perdido del ser humano, y seguro que para la mayoría de las personas lo es, aunque otros muchos dirán, sin duda, que su infancia fue más bien un infierno. En cualquier caso, infierno o paraíso, la infancia es la edad de la inocencia, de la ilusión, de siempre ver el mundo con luz nueva. No niego que en ocasiones se den en ella momentos de desengaño, de angustia y de tristeza, pero algo poderoso y magnético debe de tener la infancia cuando casi todos la recordamos con alegría y, en cierto modo, la añoramos.
Hoy he querido traeros algunos recuerdos y reflexiones de Chesterton acerca de la infancia y la adolescencia, esto es, sobre su infancia y adolescencia. Las he extraído de su Autobiografía (Autobiography, 1936), libro que se publicó al poco tiempo de morir su autor. Es una suerte que lo dictase a tiempo, además de que es toda una joyita literaria por las apreciaciones que Chesterton hace de su época y de sus contemporáneos. Como enseguida comprobaréis, son recuerdos contados de forma jocosa y festiva, algunos realmente divertidos, y que pueden darnos pie a evocar nuestra propia infancia. Las citas de las páginas están extraídas de la edición más reciente que se ha publicado en castellano (Barcelona, Editorial El Acantilado, 2003; traducción de Olivia de Miguel) y que, por cierto, es magnífica. Asimismo, he de decir que también poseo la edición en inglés, gracias a que mi hermano me la trajo de Inglaterra, por lo que siempre le estaré agradecido, evidentemente, como por tantas otras cosas.
Os decía que las anécdotas vienen referidas de forma jocosa y divertida. En efecto, el libro comienza con estas curiosas palabras:
"Doblegado ante la autoridad y la tradición de mis mayores por una ciega credulidad habitual en mí y aceptando supersticiosamente una historia que no pude verificar en su momento mediante experimento ni juicio personal, estoy firmemente convencido de que nací el 29 de mayo de 1874, en Campden Hill, Kensington, y de que me bautizaron según el rito de la Iglesia anglicana en la pequeña iglesia de St. George..." (p. 7)
Este sorprendente inicio es propio de Chesterton, que en muchas de sus narraciones literarias usaba este procedimiento de impactar desde el principio. Sigue hablando de su nacimiento, y escribe:
"Nací de padres respetables pero honrados, es decir, en un mundo en el que la palabra 'respetabilidad' aún no era un insulto, sino que todavía conservaba una débil conexión filológica con el hecho de ser honrado. [...] Mi padre, un hombre sereno, con humor y muchas aficiones, comentó de pasada que le habían pedido que formara parte de la junta parroquial, lo que entonces se llamaba The Vestry. Al oírlo, mi madre, que era más rápida, inquieta y en general más radical en sus impulsos, lanzó una especie de alarido de dolor y dijo: '¡Oh, Edward, no lo hagas! ¡Te volverás respetable! Nunca hemos sido respetables y no vamos a empezar a serlo ahora.' Y recuerdo cómo mi padre le respondió apacible: 'Querida, dibujas un panorama bastante sombrío de nuestras vidas cuando dices que no hemos sido respetables ni un solo momento" (pág. 8).
El padre, Edward Chesterton, al que todos llamaban "Mr. Ed", era realmente un hombre muy singular. Desempeñaba su profesión de agente inmobiliario de fincas en Kensington pero, como el propio G. K. C. comenta, sus auténticas pasiones eran otras, pues tenía otras muchas aficiones artísticas y literarias. Una de ellas, por ejemplo, era de la construir pequeños teatros con los que divertía a sus hijos. La madre, Marie Louise Grosjean, de procedencia francesa, era una mujer activa y sensible, dotada especialmente para las artes plásticas. Si del padre heredó la pasión por la literatura, en general, y por la literatura inglesa, en particular, de la madre heredó sus dotes para el dibujo y la pintura. El matrimonio tuvo primero una hija, Beatrice, que murió siendo muy pequeña, de forma que sólo quedó en Chesterton un recuerdo muy vago de ella. Luego vino Gilbert y después su hermano Cecil pero, con vuestro permiso, dejaremos para una próxima ocasión la referencia a las anécdotas que protagonizó junto a su entrañable y polemista hermano.
Tiempo habrá también de comentar algunas anécdotas más, por ejemplo las que refiere sobre su abuelo, Arthur Chesterton, pero no quisiera concluir sin citaros una vivencia más, extremadamente significativa de la educación de aquella época victoriana:
"Pronto descubrí, con la malicia propia de la infancia, que mis mayores tenían verdadero terror a que imitásemos la entonación y dicción de los criados. Me cuentan (por citar otra anécdota de oídas) que, en cierta ocasión, hacia los tres o cuatro años, gritaba pidiendo un sombrero colgado de una percha y que, al final, en plena convulsión furiosa pronuncié las terribles palabras: 'Si no me lo dais, diré zombrero'. Estaba seguro de que aquello pondría de rodillas a todos mis parientes en leguas a la redonda" (p. 14).
En el texto original, Chesterton se refiere a pronunciar 'sombrero' (hat) sin hacer la suave aspiración de la 'h' inglesa, pero la traductora de esta edición, Olivia de Miguel, ha conseguido verterla al castellano de forma ingeniosa. Dicho de pasada, es una excelente traducción.
Como habréis comprobado, son pequeñas evocaciones de infancia, una infancia feliz y divertida, pero también son recuerdos muy ilustrativos no sólo de la personalidad de Chesterton, sino de la forma de ser de sus mayores y de cómo se vivía en la rígida y un tanto hipócrita sociedad de la Inglaterra victoriana.
En próximas entregas de esta serie de 'Recuerdos de infancia y adolescencia' podréis descubrir otras anécdotas igual de interesantes que éstas. Espero de todo corazón que os hayan gustado.
Hoy he querido traeros algunos recuerdos y reflexiones de Chesterton acerca de la infancia y la adolescencia, esto es, sobre su infancia y adolescencia. Las he extraído de su Autobiografía (Autobiography, 1936), libro que se publicó al poco tiempo de morir su autor. Es una suerte que lo dictase a tiempo, además de que es toda una joyita literaria por las apreciaciones que Chesterton hace de su época y de sus contemporáneos. Como enseguida comprobaréis, son recuerdos contados de forma jocosa y festiva, algunos realmente divertidos, y que pueden darnos pie a evocar nuestra propia infancia. Las citas de las páginas están extraídas de la edición más reciente que se ha publicado en castellano (Barcelona, Editorial El Acantilado, 2003; traducción de Olivia de Miguel) y que, por cierto, es magnífica. Asimismo, he de decir que también poseo la edición en inglés, gracias a que mi hermano me la trajo de Inglaterra, por lo que siempre le estaré agradecido, evidentemente, como por tantas otras cosas.
Os decía que las anécdotas vienen referidas de forma jocosa y divertida. En efecto, el libro comienza con estas curiosas palabras:
"Doblegado ante la autoridad y la tradición de mis mayores por una ciega credulidad habitual en mí y aceptando supersticiosamente una historia que no pude verificar en su momento mediante experimento ni juicio personal, estoy firmemente convencido de que nací el 29 de mayo de 1874, en Campden Hill, Kensington, y de que me bautizaron según el rito de la Iglesia anglicana en la pequeña iglesia de St. George..." (p. 7)
Este sorprendente inicio es propio de Chesterton, que en muchas de sus narraciones literarias usaba este procedimiento de impactar desde el principio. Sigue hablando de su nacimiento, y escribe:
"Nací de padres respetables pero honrados, es decir, en un mundo en el que la palabra 'respetabilidad' aún no era un insulto, sino que todavía conservaba una débil conexión filológica con el hecho de ser honrado. [...] Mi padre, un hombre sereno, con humor y muchas aficiones, comentó de pasada que le habían pedido que formara parte de la junta parroquial, lo que entonces se llamaba The Vestry. Al oírlo, mi madre, que era más rápida, inquieta y en general más radical en sus impulsos, lanzó una especie de alarido de dolor y dijo: '¡Oh, Edward, no lo hagas! ¡Te volverás respetable! Nunca hemos sido respetables y no vamos a empezar a serlo ahora.' Y recuerdo cómo mi padre le respondió apacible: 'Querida, dibujas un panorama bastante sombrío de nuestras vidas cuando dices que no hemos sido respetables ni un solo momento" (pág. 8).
El padre, Edward Chesterton, al que todos llamaban "Mr. Ed", era realmente un hombre muy singular. Desempeñaba su profesión de agente inmobiliario de fincas en Kensington pero, como el propio G. K. C. comenta, sus auténticas pasiones eran otras, pues tenía otras muchas aficiones artísticas y literarias. Una de ellas, por ejemplo, era de la construir pequeños teatros con los que divertía a sus hijos. La madre, Marie Louise Grosjean, de procedencia francesa, era una mujer activa y sensible, dotada especialmente para las artes plásticas. Si del padre heredó la pasión por la literatura, en general, y por la literatura inglesa, en particular, de la madre heredó sus dotes para el dibujo y la pintura. El matrimonio tuvo primero una hija, Beatrice, que murió siendo muy pequeña, de forma que sólo quedó en Chesterton un recuerdo muy vago de ella. Luego vino Gilbert y después su hermano Cecil pero, con vuestro permiso, dejaremos para una próxima ocasión la referencia a las anécdotas que protagonizó junto a su entrañable y polemista hermano.
Tiempo habrá también de comentar algunas anécdotas más, por ejemplo las que refiere sobre su abuelo, Arthur Chesterton, pero no quisiera concluir sin citaros una vivencia más, extremadamente significativa de la educación de aquella época victoriana:
"Pronto descubrí, con la malicia propia de la infancia, que mis mayores tenían verdadero terror a que imitásemos la entonación y dicción de los criados. Me cuentan (por citar otra anécdota de oídas) que, en cierta ocasión, hacia los tres o cuatro años, gritaba pidiendo un sombrero colgado de una percha y que, al final, en plena convulsión furiosa pronuncié las terribles palabras: 'Si no me lo dais, diré zombrero'. Estaba seguro de que aquello pondría de rodillas a todos mis parientes en leguas a la redonda" (p. 14).
En el texto original, Chesterton se refiere a pronunciar 'sombrero' (hat) sin hacer la suave aspiración de la 'h' inglesa, pero la traductora de esta edición, Olivia de Miguel, ha conseguido verterla al castellano de forma ingeniosa. Dicho de pasada, es una excelente traducción.
Como habréis comprobado, son pequeñas evocaciones de infancia, una infancia feliz y divertida, pero también son recuerdos muy ilustrativos no sólo de la personalidad de Chesterton, sino de la forma de ser de sus mayores y de cómo se vivía en la rígida y un tanto hipócrita sociedad de la Inglaterra victoriana.
En próximas entregas de esta serie de 'Recuerdos de infancia y adolescencia' podréis descubrir otras anécdotas igual de interesantes que éstas. Espero de todo corazón que os hayan gustado.
Comentarios
desde luego era una persona bromista e ingeniosa. Eso es típico de las personas inteligentes o muy inteligentes. Yo en cambio soy más bien arisco.
No tengo recuerdos de mi infancia, la verdad. Mi memoria es muy mala. Debí dejarlo todo anotado y ahora no me pasaría esto.
Un abrazo GKCh
Se les puede llamar miserables y se puede hablar de revistucha.
Muy sabrosa la exposición tierno-natal del Chesterfield. Lo he leído como quien se come un flan... socavando las generatrices a cucharaditas secas y calientes.
Un saludo
Verif: "Comon" .. pues "comon baby, comon"
Ariovisto
totalmente de acuerdo contigo en lo del raca-raca. Es que tiene narices que después de la historia que tienen detrás la izquierda en general, y el PSOE en particular, sean capaces de convencer a la gente de que son buenos. Pobreza y muerte en la guerra civil, el golpe de estado del 34, la corrupción de los gobiernos de González, la ineptitud y sectarismo de ZP, el antisemitismo de sus bases, etc. Son genios de la propaganda.
Un abrazo y hasta mañana (dejo los blogs definitivamente hasta mañana)
Te dejo mis saludos más cordiales.
si yo fuera Calderón el del Madrid te diría que yo no he dicho que seas pelota, pero como no lo soy te diré que tú mismo has reconocido que eres pelota por naturaleza. ¿Tengo que buscar tus pàlabras? Tienes las de perder, ¡cobarde!
Sobre Goytisolo, creo que sus libros y opiniones me interesan en la misma medida. ¿Has leído el artículo que pongo? Los palestinos solo tiran cohetes artesanos (si son artesanos son buenos), los israelíes no están pendientes de los sentimientos de los que tiran los cohetes y solo les interesa machacar, machacar y machacar a los palestinos. Cualquiera diría que los que tiran misiles contra la población civil son los israelíes. Vaya intelectual. No me extraña que viva en Marruecos. Me gustaría que opinase en contra de Hamás sin cambiar de residencia.
Y tienes razón sobre la falacia de la subjetividad del bien y el mal. El bien y el mal solo son subjetivos para las malas personas. Para el resto los principios morales están bastante claros.
Un abrazo
¡Mira que llamarte pelota! Este Buggy Buggy cada vez me recuerda más a Chity Chity Bang Bang.
No hagas caso, me encantan tus objetivas matizaciones y observaciones a mis espléndidos escritos.
¡Qué mala es la envidia!
Verif: "morimp"
"Ave Chester, morimpuri te salutant!"
Ariovisto
Verif: "couse"
Why?, Why?!!! 'Couse.. you will know it!
Ariovisto
Pero ya que estamos..
Verif: "supdari"
¿Cuál, el de Turín?
Dan juego, ¿eh? No me lo negará usted, sir Gilbet.
Lo importante es que estás aquí de nuevo... necesito que alguien me haga la pelota, y mucho, jeje
Hoy el Almirante me ha hecho una visita, me ha dado mucha alegría. Dale un abrazo de mi parte, si te lo cruzas por esos mundo de Dios.
Saludos.
verif: "Ovorusty"
Conde de Austria-Hungría
Ariovisto que te han visto
Luego pondré el enlace en el post a la noticia de El Mundo a la que me refería, pero era ésta
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/01/16/internacional/1232124796.html
No sé cómo has podido soportar un día sin blogs. Eres mi héroe.
Un abrazo
Lamento, por otra parte, que no sea usted capaz de asimilar el curso de euskera para progresistas. No se preocupe, a millones de alumnos les ha pasado igual. Comprendieron que el sánscrito es bastante más fácil.
Abrazos.
¿Quien no se ha sentido apasionado ante los curiosos hechos históricos tan enriquecedores para nosotros, enanos encima de gigantes, como los jíbaros reduce cabezas, los sacrificios humanos incas, la Inquisición, la segunda Guerra Mundial (50 millones de muertos)...
respeto no, profundísimo respeto.. no me acuesto pensando que estoy en posesión de la verdad y que lo que yo he mamado es ambrosía de la misma teta de Hera...y menos yo, un bulto sospechoso de un siglo XX para olvidar...
Y sí, tiene usted un positivo.
Por el mismo "Ation" todopoderoso (verif. "ation")
Buggy también se va a enfadar conmigo...me lo temo.
a mí me ha parecido entender que ha habido dos decenas de muertos israelíes por culpa de los misiles lanzados en los último 8 años. Cifras que estaban disparándose: 8 muertos hasta 2007 y 10 solo en 2008.
Gente inocente que no debió morir y por la que nadie se ha preocupado.
Además resulta interesante ver cómo se han distribuido en el tiempo el lanzamiento de misiles: hubo una tregua por parte de Hamás a mediados de junio pasado y Hamás volvió a las andadas en noviembre-diciembre de 2008. Eso se vé claramente en las graficas. La consecuencia ha sido que Israel se ha defendido.
También a mí me parece que el manifiesto estaba muy bien. Cualquiera podíamos suscribirlo sin problemas.
Es curioso que ni elmundo.es ni abc.es ni larazon.es hablen en este momento de la manifestación a favor de Israel.
Un abrazo
¿qué significa que una opinión no es respetable? ¿Que no es admirable, que no hay que permitir que sea expresada o que hay que pegarle una paliza al que la exprese?
La palabra "respeto" es camaleónica (o sea prima de Bonaparte). Una frase que cada uno interpretamos de una manera no significa nada y no sirve de nada.
¿Cuáles son aceptables y cuáles no en tu blog?
-Los homosexuales son unos enfermos mentales.
-Hay que matar a todos los judíos.
-Tu eres imbécil.
-Los socialistas son antisemitas
-Zapatero es un cretino
-Una foto blasfema
No hace falta que respondas, solo quiero expresar que es complejo decidir qué es aceptable y qué no
(¿no te puedo llamar imbécil pero sí puedo llamar cretino a Zapatero?).
Un abrazo
Aquí nadie se enfada con nadie...
¿Eso que asoma de esa caja es un Montecristo?
¿Me permite?
Un abrazo.
Verif: "Fautwale"... mmmm debe ser céltico... tal vez ballena en finés.
Aserejè ja de jè de jebe tu de jebere
sebiunouva majabi an de bugui an de buididipi.
Aserejè ja de je de jebe tu de jebere
sebiunouva majabi an de bugui an de buididipi.
Los buggies fuimos canción del verano, allá por el 2002.
Yo sí me enfado: con el mundo. ariovisto es más güeno y no se enfada con nadie.
Yo también creo que a veces toca decir alguna palabra más gorda que otra.
Un abrazo
Buenas noches
Alguien ha borrado mi coma. Habrá sido el puñetero de ariovisto.
lo de Nebrera puede ser una metida de pata en tanto se presta a confusión y da carnaza al PSOE, o puede ser más grave si realmente se metía con el acento andaluz.
Ella dijo que el acento de la ministra era de chiste. No el "acento andaluz", sino el "acento". Y luego explicó que se refería a lo que normalmente se llama tono y que hablaba del tono chulesco.
¿Está equivocado el diccionario? ¿La crucificamos porque entendemos lo que ella en ningún momento ha dicho? ¿Por qué no se le pregunta qué quiere decir? ¿Por qué no se aceptan sus explicaciones?
Si acento no es también tono, que cambien el diccionario.
No me cae bien Nebrera, para mí es "sospechosa", pero no está bien atribuirle a alguien lo que no ha hecho para librarse de un rival político (de tu propio partido).
Te dejo las explicaciones de Nebrera:
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Las erróneas interpretaciones que se han generado entorno a mis palabras sobre la Ministra Álvarez me inducen a puntualizar lo siguiente:
1.- Ni ahora ni nunca me he burlado del acento andaluz, al que yo me refiero como “andaluz” a secas. Entre otras muchas cosas, porque yo no me burlo de las personas nunca.
2.- Si alguien, por haber entendido que al hablar del acento de la Ministra me refería al acento andaluz, aún no siendo así, quiero que sepa que LO LAMENTO PRODUNDAMENTE; pues ni ahora ni nunca está en mi ánimo ofender.
3.- El acento al que yo me refería en la Ministra es lo que tal vez en general se entienda como “tono”, y el suyo es chulesco, insultante y barriobajero. Además, no sabe hablar. Son realidades objetivas. Y ella es la ministra, no yo. A ella se le caen los puentes, se le paralizan los trenes, se le colapsan los aeropuertos, se le insubordinan los profesionales de éste o aquel ramo. No a mí. Por tanto el PSOE en vez de aparentar escandalizarse haría bien en decirnos cuándo dimite la Ministra.
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¿Le abrimos un expediente por usar una palabra con un significado que no es el habitual, pero que está recogido en el DRAE?
Puede que tengas razón y sea culpable, pero a mí me parece un linchamiento con la primera excusa que han encontrado.
Un abrazo
respecto de SSS, las manifestaciones sensuales y eróticas forman parte de nuestra intimidad. Cuando yo quiero entrar en ese ámbito, lo busco. Que SSS se me ponga "seductora" es una falta de respeto. Yo no quiero conocer a SSS en ese ámbito. Y posiblemente sus compañeros de trabajo tampoco.
¿O le gustaría a ella que al llegar a la sede del PP los hombres fuesen medio desnudos y poniéndole caras seductoras? (como las de zoolander, por ejemplo)
Ella lo ha hecho con ellos.
Como le decía a una bloguera, que se ponga un calcetín que se va a enfriar.
Un abrazo
tienes razón, lo de Nebrera suena a eso. Pero si ella dice que no era sobre el acento andaluz... ¿por qué no voy a creerla? Ella lo matiza y nadie tiene por qué sentirse ofendido, ¿no? ¿Por qué suponer que es lo otro? Lo parece, es cierto, pero darlo por seguro me parece excesivo. No hablo de ti, sino de asociaciones que incluso hablaban de denunciarla.
Sus declaraciones "completas":
"tiene un problema esta buena mujer y es que tiene un acento que parece un chiste, tiene un problema de comunicación, que se aturulla y hace un lío".
"Yo que algunas veces cuando llamo a Córdoba y oigo desde algún hotel que me contestan y no acabo de entender, porque si no estás avezado en hablar en andaluz normalmente pues te cuesta, imagínate cuando además el problema es de comunicación siendo andaluza"
"tiene un acento que parece un chiste" ¿no puede ser lo que ella dice, que su tono chulesco es de chiste?
Si alguien la critica lo único que demuestra es que le atribuye cosas que ella no ha dicho, al menos no con la suficiente claridad.
En su web la han llamado de todo.
Aunque fuera culpable, ¿por qué estamos seguros de que lo es y por qué no nos basta su desmentido para dar por zanjado el tema? Si ella dice que no se mete con el acento andaluz.
Repito que tienes razón: parece que hablaba del acento andaluz. Pero creo que su aclaración es suficiente para zanjar el tema.
Un abrazo
a lo mejor lo que pasa es que es mona y me tiene "hechizado". Me planteo seriamente cúál sería mi opinión si fuese más fea.
Eso es lo que pasa cuando eres un salidorro impenitente y apetente.
Un abrazo