ERASMO EN LA ENCRUCIJADA (4ª parte)
1.1.4. Evolución socioeconómica y religiosa. Las nuevas naciones y
Al tratar del surgimiento de las nuevas naciones conviene resaltar que algunos estudiosos e historiadores del Renacimiento desarrollan una periodización de
Para Portugal, por ser el lugar objeto de nuestro estudio, no es fácil decidir una fecha precisa (aunque ello sea hasta cierto punto inútil), pero nos atrevemos a sugerir el periodo que va entre 1481 y 1495, entre el reinado de João II (1481-1495) y la subida al trono del rey Manuel I (1495), con quien se abre la etapa de máximo esplendor y poderío del imperio portugués [2]. Ambos monarcas pertenecían a la casa real de Avis.
En cuanto a los cambios políticos y sociales, en lo aquí nos concierne, la concepción política europea aún se puede caracterizar bajo el polémico rótulo de feudalismo, con una sociedad jerarquizada [3] sometida a todo tipo de autoridades, desde las políticas, jurídicas y laicas en general, hasta las eclesiásticas, organizadas según los distintos estados en monarquías absolutas con luchas feudales entre los nobles y la corona (España, Inglaterra y, en menor medida, Portugal); monarquías también absolutas, de tipo hereditario, pero sin esas luchas interiores (Francia); señorías y ciudades-estado, pero con falta de unidad territorial (Italia) y entidades supranacionales (el Imperio germánico y sus satélites) gobernados por una única autoridad con ramificaciones a todos los niveles, aunque gozando de cierta autonomía (los príncipes electores) [4].
El sistema político dominante era, por tanto, la monarquía, bien fuera hereditaria (España, Portugal, Inglaterra, Francia) o electiva, como en muchos países del centro y del este de Europa (Dinamarca, Hungría, Bohemia, Polonia y Suecia). El resto de los países o estaban constituidos por ciudades-estado y señorías (Italia) o en forma de cantones (Suiza) o participaban del Imperio o de la liga anseática [5].
Ferguson [6] otros historiadores del Renacimiento han revelado la transformación que se produjo en las ciudades italianas de gobierno republicano hacia los gobiernos despóticos de los signori, tan crueles como el famoso Cabrino Fondulo [7].
Lo cierto es que el siglo XVI se presenta como la época que supuso la definitiva afirmación y consolidación de todos los aspectos y sentimientos nacionales: desde la autonomía política (unificación de Castilla y Aragón, conquista de Granada, anexión de Navarra, en España) y la colonización de nuevos territorios (expansionismos portugués hacia Asia y África; castellano hacia América; aragonés y francés hacia
Un caso paradigmático de la influencia de la religiosidad protestante en la afirmación de un sentimiento nacional nos lo brinda Alemania. Reproduzco ahora las palabras de un experto en Erasmo y
En el otra posición se encontraba el reino de España, que durante el reinado de los Reyes Católicos solamente compartió una institución común a las dos coronas, castellana y aragonesa: nos referimos a
Gilmore [13] expone la teoría de que una de las causas que propiciaron la resistencia de España al protestantismo, además del marcado y severo carácter de
Esta impronta nacionalista resultante de las diversas reformas religiosas se mantendría en el futuro e iba a marcar el rumbo de cada país, pero no permite sostener, como sugieren algunos estudiosos [15] del Renacimiento, la presunta cerrazón de
Conviene anotar, para concluir el capítulo de los cambios sociales, la prolongada evolución que arranca en
Esta secularización, entendida como lenta conversión o transformación de las autoridades imperiales y eclesiásticas (y los poderes emanados de ellas) en autoridades civiles y laicas, condicionó de manera decisiva el gobierno público de las instituciones y tuvo su mayor expresión en la influencia ejercida por los representantes del llamado Humanismo civil: el ya aludido Coluccio Salutati (vid. 1.1.2) y Leonardo Bruni (1370-1444), discípulo del propio Salutati [18].
Ambos aplicaron su afán por las letras (studia humanitatis) en pro de la república florentina, al servicio de los ideales cívicos de libertad y ley, basados en la historia y en el derecho romanos. Y ambos contribuyeron al proceso de secularización, que encontrará un nuevo impulso en Erasmo y los erasmistas. Para entenderlo en su justa medida, hay que recordar que la sociedad medieval había experimentado, desde la decadencia del Imperio romano, un proceso inverso, el de cristianización (la fe cristiana instituida en religión de culto oficial). No olvidemos que la sociedad medieval era profundamente teocéntrica, y también cristocéntrica a partir de San Francisco; cada cristiano quedaba sumido bajo la autoridad eclesial de institución divina [19].
Este proceso de secularización duraría hasta el siglo XVIII, quizá con
Además del renacer económico y comercial de las ciudades, hay que destacar el intenso tráfico marítimo de especias y otras mercancías venidas de América, de África y, sobre todo, de Asia. Se fundan en esta época las Casas de Indias, bajo autoridad real, con profusión del tráfico de pimienta y otras especias traídas a Europa principalmente por los navíos portugueses [21].
1.-Cfr. Denys HAY, The Italian Renaissance in Its Historical Background, Cambridge, Cambridge University Press, 1961, p. 13.
2.-GREEN, op. cit., p. 70ss. Vid. en especial el capítulo IV de este libro sobre el apogeo y declive del imperio portugués (pp. 70-79).
6.-W. K. FERGUSON et alt., The Renaissance. Six Essays, Nueva York y Evanston, Harper & Row Publishers, 1962, p. 19. El autor de este ensayo remite, a su vez, a la obra de SYMONDS, citada en n. 6.
9.-Riccardo FUBINI, Umanesimo e secolarizzazione da Petrarca a Valla, Roma, Bulzoni Editore, 1990, p. 1ss: “La vicenda di decadenza e rinascita culturale viene perciò in buona parte a configurarsi come vicenda della corruzione della lingua e della retorica latina”.
14.-Marcel BATAILLON, Erasmo y España. Estudios sobre la historia espiritual del siglo XVI, Madrid, Fondo de Cultura Económica [1937, 1950, 1960], 1995, 5ª reimpr., pp. 1-71.
15.-Agnes HELLER, El hombre del Renacimiento, Barcelona, Península [1978], 1980, p. 8, que, partiendo de presupuestos de la crítica marxista, limita el Renacimiento y lo circunscribe sólo a Italia, Inglaterra, Francia y –en parte– a los Países Bajos, posición, desde nuestra humilde perspectiva, insostenible.
18.-Para Salutatti, vid. obras citas y n. 26. Sobre Bruni, Eugenio GARIN, L’umanesimo italiano. Filosofía e vita civile nel Rinascimento, Bari, Laterza, 19756 y algunas obras ya citadas, como las de GÓMEZ MORENO, op. cit., pp. 42, 45, 54, etc.; FERNÁNDEZ GALLARDO, op. cit., pp. 30-32; Introducción al humanismo renacentista, op. cit., pp. 39ss, 61, etc.; The Portable Renaissance Reader, op. cit., pp. 127ss y RICO, op. cit., pp. 13, 39, 49-50, 51, etc., entre otras muchas referencias que se podrían dar. Por ejemplo, Paul Oskar KRISTELLER, Retorica e filosofia dall’Antichità al Rinascimento, Nápoles, Bibliopoli, 1981, p. 72, pone de manifiesto que con frecuencia se ha usado “il termine ‘umanesimo civile’ per designare l’ideale del cittadino bene educato in una repubblica libera, e con ciò si pensa sopratutto a
19.-ULLMANN, op. cit., p. 13, explica que “[...] questo vuol dire che attraverso la sua incorporazione nella Chiesa, il cristiano, come voleva l’indiscussa dottrina e prassi del Medioevo, era diventato suddito di una autorità di istituzione divina che non aveva nulla in comune con l’umanità naturale”.
20.- The Portable Renaissance Reader, op. cit., p. 180: Fugger, en carta a Carlos V (1523) no tuvo ningún reparo en recordarle su decisiva intervención para que llegase a Emperador: “También es bien conocido y claro como el día que vuestra Majestad Imperial no hubiera adquirido
21.-GILMORE, op. cit., p. 59: “Il pepe e le altre spezie che si trovavano così sotto il diretto controllo reale, erano venduti sui mercanti europei da agenti regi. Questa attività commerciale fu labase della prosperità della casa reale del Portogallo nel XVI secolo. Con il pepe fu pagata la dote della moglie di Carlo V, e perfino il grande Erasmo de Rotterdam, a causa delle sue pretese contro il monopolio reale, perdette il favore de la corte di Lisbona”.
[Continuará...]
Comentarios