ORTODOXIA (1908-2008)
ORTODOXIA (1908-2008)
Este año los chestertonianos celebramos el centenario de Ortodoxia (Orthodoxy, 1908), una de las obras maestras del pensamiento de Gilbert Keith Chesterton. No es fácil definir el género de esta obra singular y sumamente conmovedora. Es un ensayo, desde luego, pero no podríamos decir si se trata de un ensayo filosófico, de un ensayo religioso, de un ensayo humanístico o de un ensayo histórico. Probablemente sea todas esas cosas y ninguna, a la vez.
Fue escrito como un desafío. Un tal G. S. Street, un periodista de la época, retó a Chesterton a que explicase cuál era su filosofía de vida y, ante semejante provocación, el inglés no pudo resistirse. Hay que entender que nuestro autor era, ante todo, un hombre caballeroso, casi diría caballeresco, en el sentido en que creía en la antigua Orden de la Caballería, al estilo medieval.
En cierto modo, es también una continuacion: se trata de la segunda parte de otra obra de Chesterton Herejes (Heretics, 1905) en la que criticaba algunas de las modernas herejías, a través del análisis de las obras de otros autores ingleses de su tiempo, como George Bernard Shaw, Herbert George Wells, Rudyard Kipling, etc.
Ortodoxia es la respuesta de Chesterton a las 'herejías' del mundo moderno que, según el propio autor, no son otras que el fatalismo, el ateísmo, la idolatría al dinero, el vegetarianismo, el higienismo, la eutanasia, la eugenesia... Pero no es una 'ortodoxia' cualquiera: es una ortodoxia plenamente cristiana, incluso católica. Es curioso que el autor no se convirtiera hasta 1922, catorce años después de escribir este libro. Decimos que es curioso porque, por su contenido, puede leerse como la obra de un autor cristiano, católico romano, con lo que resulta extraño que un periodista inglés inmerso en una mundo materialista, ateo y casi pagano defendiera las ideas de la 'vieja Iglesia de Roma' sin estar dentro de la Iglesia, es decir, sin profesar la fe cristiana. Por eso, entre otras razones, podemos decir que es singular este libro: porque supone una encendida defensa de la fe católica hecha por un hombre que, en rigor, no era católico en el momento de escribirla. Una paradoja más, pues la vida de Chesterton lo fue y en su obra se dejan ver multitud de paradojas.
Si el lector no conoce esta obra le sorprenderá por su amenidad, porque Chesterton es un autor, ante todo, divertido. No es éste el clásico manual de teología o religión, sino que se trata de un compendio de ideas y argumentos sobre la vida, en clave filosófica, moral y religiosa, que incluso podrá ser atractivo y sugerente para los no creyentes. Por eso recomendamos vivamente su lectura, porque es un libro fundamentalmente entretenido. Los que os acerquéis a ella no os sentiréis defraudados. Es más: seguro que os aficionáis a la lectura de otras obras de este clásico del siglo XX.
Fue escrito como un desafío. Un tal G. S. Street, un periodista de la época, retó a Chesterton a que explicase cuál era su filosofía de vida y, ante semejante provocación, el inglés no pudo resistirse. Hay que entender que nuestro autor era, ante todo, un hombre caballeroso, casi diría caballeresco, en el sentido en que creía en la antigua Orden de la Caballería, al estilo medieval.
En cierto modo, es también una continuacion: se trata de la segunda parte de otra obra de Chesterton Herejes (Heretics, 1905) en la que criticaba algunas de las modernas herejías, a través del análisis de las obras de otros autores ingleses de su tiempo, como George Bernard Shaw, Herbert George Wells, Rudyard Kipling, etc.
Ortodoxia es la respuesta de Chesterton a las 'herejías' del mundo moderno que, según el propio autor, no son otras que el fatalismo, el ateísmo, la idolatría al dinero, el vegetarianismo, el higienismo, la eutanasia, la eugenesia... Pero no es una 'ortodoxia' cualquiera: es una ortodoxia plenamente cristiana, incluso católica. Es curioso que el autor no se convirtiera hasta 1922, catorce años después de escribir este libro. Decimos que es curioso porque, por su contenido, puede leerse como la obra de un autor cristiano, católico romano, con lo que resulta extraño que un periodista inglés inmerso en una mundo materialista, ateo y casi pagano defendiera las ideas de la 'vieja Iglesia de Roma' sin estar dentro de la Iglesia, es decir, sin profesar la fe cristiana. Por eso, entre otras razones, podemos decir que es singular este libro: porque supone una encendida defensa de la fe católica hecha por un hombre que, en rigor, no era católico en el momento de escribirla. Una paradoja más, pues la vida de Chesterton lo fue y en su obra se dejan ver multitud de paradojas.
Si el lector no conoce esta obra le sorprenderá por su amenidad, porque Chesterton es un autor, ante todo, divertido. No es éste el clásico manual de teología o religión, sino que se trata de un compendio de ideas y argumentos sobre la vida, en clave filosófica, moral y religiosa, que incluso podrá ser atractivo y sugerente para los no creyentes. Por eso recomendamos vivamente su lectura, porque es un libro fundamentalmente entretenido. Los que os acerquéis a ella no os sentiréis defraudados. Es más: seguro que os aficionáis a la lectura de otras obras de este clásico del siglo XX.
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